Esta frase la escuche por primera vez en mi clase de psicología positiva y me pareció espectacular y más cuando entendí la profundidad de la misma.
En la sociedad en la que vivimos nos enseñaron a no equivocarnos y si lo hacíamos era mejor mentir o tratar de que pase desapercibido o hacer cualquier cosa menos aceptar que la regamos. Y con esto nos quitamos el derecho a nosotros mismos de aprender, de entender qué podemos cambiar o mejorar y lo peor de darnos permiso de Ser Humanos;
de sentir: frustración, vergüenza, culpa, miedo, dolor, inseguridad, pasión, enojo, libertad... todo eso que realmente sentimos cada uno de nosotros a diario.
De alguna manera en esta cultura, se le etiqueto de “ no deseado” a algo natural y ahora ¿Qué hacemos con todo eso normal para todos?... Lo seguimos ocultando, aunque cada vez se convierte en un monstruo más grande abajo del tapete. Seguimos huyendo de sentir, aferrándonos a cualquier adicción: tv, alcohol, drogas, sexo. Seguimos haciendo que el foco de atención sea el otro, para no afrontar lo nuestro: chismes, competencia, burla, descalificación.
¿De verdad estás dispuest@ a vivir en un mundo en el que no se te permita SER lo que realmente eres? Y a pagar el precio...
Lo increíble es que podría ser muy sencillo romper este ciclo de abuso, adicción, vergüenza, culpa y agresión hacia otros Si todos empezamos a de verdad darnos permiso de Ser Humanos; de equivocarnos, de sentir y darle espacio a todas las emociones que tengamos, de ser nosotros mismos y de saber que no hay día en el que seamos los mismos. Es imposible aferrarnos a estereotipos, diario aprendemos algo, crecemos, cambiamos, intentamos algo diferente...
No soy ingenua y sé que nunca es fácil ir contra corriente, hacer algo diferente a lo “esperado”. Pero de verdad, el costo de no hacerlo para mí ha sido demasiado caro. Y aunque me cueste trabajo hacerlo y muchas veces se me olvide y me dé cuenta una y otra vez que todavía sigo sin integrarlo en mi vida al 100%. Sigo creyendo que este es el camino para lograr una forma de relacionarnos mucho más humana, congruente, auténtica, en la que cabemos todos y no hay necesidad de competir, ni aplastar a otro. En la que podamos acompañarnos e impulsarnos a ser la mejor versión de nosotros mismos, acabando con el gran vació que existe actualmente, con la sensación de no merecer, de nunca lograrlo, de falta de sentido.
Por eso te invito a darte la oportunidad a esta simple herramienta:
Ten muy presente la frase: Permiso para Ser Humano. ponla como imagen de pantalla, en recordatorios y en dónde se te ocurra que puedas ver durante el día.
Date Permiso de sentir y aceptar todo lo que venga a tu mente, sin juicio.
Si te das cuenta que te estás juzgando o justificando, repítete a ti mismo “Permiso para Ser Humano” y no te juzgues por juzgarte!!! Date permiso de eso también.
Si te das cuenta que estás criticando, compitiendo o juzgando a otro, repítete a ti mismo “Permiso para Ser Humano” y ve cómo cambia tu reacción ante el otro.
Hazlo por 7 días y ve qué cambia en tu vida y en tus relaciones y sigue una más y otra más....
¿Qué tal que con una simple frase y actitud, podamos ser parte de un cambio de consciencia total?
¿Te animas?
"Cuando estas contento con ser simplemente tú mismo y no te comparas o compites, todo el mundo te respetará." Lao-Tse
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